lunes, 19 de mayo de 2014

CARTIER

Cuando alguien conoce profundamente la oscuridad que se puede experimentar de la nada aunque por todo y sin querer pero queriendo, pocas veces podemos llegar a pensar que la luz volverá a invadir nuestras vidas de un momento a otro. Hace algunos años, los suficientes como para valorar el cambio y en un momento así, del modo más inesperado comenzó mi vieja amistad con la persona por la cual llevo a cabo este relato. Esta entrañable persona fue capaz de darme la luz que tanto ansiaba en aquellos ratos de ansiedad por vivir y desechar la oscuridad que tanto nos puede atormentar.  
Es por ella que estoy aquí ya que fue la gran impulsora en la creación de este blog, inspiración de sabiduría e inagotable fuente de elegancia, y por ella -amante empedernida de Cartier- ahondaremos en los logros de esta inigualable firma para una inigualable mujer.

El comienzo de esta historia se da lugar en el lejano París de mediados del siglo XIV, cuando el twerking aún no se planteaba ni en las más desprestigiadas mentes. Un desconocido Louis Cartier se hacía cargo del pequeño taller de Adolphe Picard sin el menor augurio de lo que sus hijos conseguirían con su apellido años más tarde. Mucho tiempo después, allá por 1899, la maison se traslada bastante cerca de la Place Vendôme -la cual años después inspiraría la forma de Chanel Nº5, aunque de esa historia hablaremos en otra ocasión-. Es allí, en la Rue de la Paix, donde grandes personalidades de todo el planeta se rindieron ante la cultura y el arte que residía y reside en las joyas de esta excepcional casa. El señor Cartier mantuvo la responsabilidad de la marca parisina además de encargarse de los diseños más elaborados e icónicos, como el Mystery clock -llamado así debido a su mecanismo oculto-, siendo de los más creativos y emprendedores de la época. Creador de la talla baguette, fue el primer joyero en montar diamantes sobre platino en lugar de en oro, buscando inspiración en diversos y exóticos lugares que le facilitaron el acceso a clientes de muy alto nivel para los que creó piezas rematadamente únicas.


Corría el año 1904 cuando un amigo del artista, el aviador Alberto Santos, le comentó al joyero sobre la dificultad a la hora de cronometrar sus vuelos a la vez que pilotaba puesto que no podía estar pendiente a su reloj de bolsillo. De este modo nació el icónico modelo Santos-Dumont, siendo el primer reloj de pulsera masculino de caja cuadrada. Aunque fue un gran logro, tras esto se introdujeron los modelos Baignoire y Tortue en el año 1912, siguiendo actualmente en producción junto con el modelo Tank, inspirado en el tanque Renault. El resultado de su aclamado talento dio lugar a su expansión internacional a principios del siglo XX con sucursales en las principales zonas de Londres y Nueva York. Calificado por Eduardo VII de Inglaterra como joyero de reyes y rey de los joyerosfue el encargado de crear incontables piezas de joyería para diversas casas reales del continente europeo y más aún para distintos majarás de la India

Elizabeth Taylor

Aunque dejando un poco de lado la historia, que nunca termina de entretener a nadie, ¿alguien se ha preguntado por qué motivo es una pantera el emblema más reconocible de la casa? Yo sí. La respuesta a mi pregunta se halla en un nombre: Jeanne Toussaint. Su directora creativa de alta joyería desde 1933 más premiada en la larga historia de la firma, la figura que aportó el toque de lujo necesario para alcanzar el éxito más vertiginoso. Apodada como "la pantera" por su acalarodado temperamento y su amor por la mencionada especie hizo del elegante felino el emblema de Cartier, consolidándose entre los 30's y los 40's hasta seguir siendo el icono presente en la actualidad. Gracias al citado talento de Mademoiselle Toussaint, conocemos al Cartier evocador y exótico que llega hasta nuestros días tras ser la heredera del imperio que el joyero fundador, Louis Cartier, dejó como legado al morir.

Mademoisselle Toussant

Para terminar esta primera parte de la breve review de esta apasionante firma, una pieza que mi homenajeada conoce muy bien: el brazalete Love, creado en 1970 por primera vez en Cartier New York -del cual veremos mucho más en mi próxima entrega-.

Antes de concluír debo agradecer a mi colega, el también blogger y autor de MR CREATIVITY, por colaborar por primera vez con BOY OF CALZONES COLORAOS en esta entrega tan especial. Por hoy, es todo.

© JESÚS GUERRERO VÁZQUEZ & CARLOS VICENTE GONZÁLEZ
Fotografías: © Cartier

Safe Creative #1405190890155